Pese a que el lanzamiento fue el jueves pasado, Jeep puso a disposición de la prensa varias unidades del nuevo Renegade para ir conociéndolo ni bien pusimos un pie en el Sur. Fueron dos días de travesía con la Ruta 40 como columna vertebral.
El recorrido se inició en el aeropuerto de Chapelco, donde nos subimos a las Trailhawk y enfilamos rumbo a Villa La Angostura, con un paso previo por Casa Flora, en San Martin de los Andes para almorzar.
La idea de Jeep era, además de tener las variantes más equipadas, que tomemos un primer contacto con esta nueva combinación turbonafta-AT9, que reemplaza a la conocida turbodiesel 2.0 de 170 CV.
Su andar es igual de eficiente y el empuje de este bloque es notable, algo que pudimos percibir en las nuevas Compass, que también recibieron ese motor en lugar del Tigershark. A la potencia y al torque (270 Nm) lo acompaña el siempre efectivo Selec-Terrain con diferentes modos de manejo (superficies).
En el caso del Trailhawk, los que admite son auto, barro, arena, piedra y nieve y, para atravesar los caminos de la zona de Dina Huapi fuimos cambiando entre barro y nieve debido al estado de los caminos.
Por su despeje y por la configuración -y calibración- de los resortes, el Renegade no tuvo absolutamente ningún problema en atravesar el camino que nos propuso la marca, que tenía como destino un parador en el medio de la montaña, donde estuvimos algunas horas.
Después de eso salimos nuevamente a la ruta para hacer más kilómetros sobre asfalto y revalidar los atributos “de siempre” del Jeep en este ámbito, donde se muestra con un andar muy noble y toma curvas y contracurvas sin mayores problemas.
A eso se le suman los ADAS que incorpora, como el cambio de carril, que asiste de manera eficiente en seguir los trazados de la ruta, sumando confort y seguridad. El resto del combo lo componen precolisión, fatiga y lo esperable.
Fueron una buena cantidad de centenar de kilómetros recorridos por asfalto, tierra, barro, nieve y caminos bastante maltrechos, donde el Trailhawk sacó sus credenciales de siempre pero con las novedades, como el T270 y su dotación, que elevan aún más la vara de un segmento álgido.
Imágenes
