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ANIVERSARIO DEL MEDIANO DE ESTIRPE DEPORTIVA DE BMW

LOS 25 AÑOS DEL M3


El BMW M3 es la versión deportiva del clásico sedan Serie 3. El primer M3 nació sobre la base del Serie E30, que se posicionó como la segunda generación del Serie 3 creada en 1984.

La comercialización del deportivo M3 arrancó allá por 1986, y desde entonces cada generación Serie 3 tuvo su versión M. Desde sus orígenes fue aumentando caballos y cilindros desde los cuatro en línea del primero hasta el V8 del actual.

CUENTA LA HISTORIA
Todo comenzó cuando Eberhard Kuenheim, consejero delegado de BMW, visitó la división de la marca encargada de poner a punto los autos de carreras y le pidió a Paul Rosche, el director de desarrollo técnico, un motor de altas prestaciones para la Serie 3. Rosche gozaba de plena confianza para la marca ya que había colocado las mecánicas M en la Serie 5 y había perfeccionado el propulsor turbo que le había permitido a Nelson Piquet ganar el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 en 1983 a bordo del Brabham BMW.

Cuando se puso manos a la obra, el ingeniero entendió que un cuatro cilindros sería la plataforma ideal para un vehículo deportivo, debido a su menor peso y a su alto par. Rosche decidió implementar para este motor estelar la fórmula del éxito: las cuatro válvulas por cilindro. Las modificaciones duraron apenas dos semanas y, al terminar, Rosche llevó un Serie 3 equipado con la nueva mecánica a la casa de Kuenheim.

El imperturbable directivo alemán se subió, lo condujo de manera exigida y, con la misma inexpresividad que los jugadores de su país gritan los goles de su selección, se limitó a comentar: “Me gusta”. Entonces el M3 inició su producción.

Esta variante aún más deportiva estaba destinada a competir en carreras como un Grupo A, pero para eso debía tratarse de un modelo de producción, según estipulaba el reglamento, y entonces debían ensamblarse por lo menos 5.000 unidades en 12 meses consecutivos para recibir la homologación.

Desde el principio, se diseñó con un catalizador, a pesar de que la nafta sin plomo no tenía una gran reputación entre los motores deportivos a mediados de los años 80. Sin embargo, el M3 contaba con 195 CV. Luego de exigentes pruebas en el circuito de Nürburgring el auto estuvo listo y se presentó al público en el Salón de Frankfurt de 1985. Las primeras pruebas para la prensa tuvieron lugar la primavera siguiente, en 1986.

El BMW ofrecía unas prestaciones espectaculares: con 1.200 kilos, la relación peso/potencia era de sólo 6,15 kg/CV, alcanzaba una velocidad máxima de 230 km/h, hacía de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos y gastaba menos de 9 litros de carburante cada 100 km.

El M3 no tardó mucho en estar sobre las pistas; en 1987 se celebró el primer Campeonato del Mundo de Turismos, la competición para la que según BMW el M3 había sido construido. La potencia del vehículo que participaba era de 300 CV y fueron varias las competencias ganadas.

En 1992, un año después de la llegada de la tercera generación del Serie 3, llegó la segunda generación del M3. Portaba un motor de seis cilindros en línea de 286 CV, o sea, nada menos que 97 por cada litro, hacía el 0 a 100 en 6 segundos y la velocidad máxima estaba electrónicamente limitada a 250 km/h, mientras que su consumo medio era de 9,1 l/100 km.

Por supuesto, no podía faltar la versión de competición, que fue desarrollada en un tiempo récord y, con un propulsor de 325 CV, participó en el Campeonato Alemán de Turismos de 1993.

En 1995 el M3 tuvo cambios estéticos en la trompa y las llantas pero lo más importante es que adoptó una mecánica de 3,2 litros de 321 CV. Consumía 8,7 l/100 km y pasaba de 0 a 100 km/h en 5,5 segundos.

La siguiente generación del modelo, que debutó en 2000, contaba con un alerón frontal en el que se habían integrado las luces antiniebla y unas tomas de aire mayores. El motor de seis cilindros ya desarrollaba 343 CV y de nuevo bajaba la cifra del 0 a 100: 5,2 segundos. El bloqueo de diferencial M, empleado en el M3 por primera vez, también ayudó a mejorar el comportamiento dinámico.

En 2001 apareció el M3 GTR, que homenajeaba al M3 que estaba causando sensación en las American Le Mans Series. Su propulsor V8 de cuatro litros ofrecía 350 CV y como detalle destacado contaba con varios elementos en fibra de carbono para reducir el ahorrar peso. Esta práctica, fue una de las mayores novedades de la siguiente generación, que fue presentada en 2007. Su llamativo techo, muy liviano, bajaba el centro de gravedad. Bajo el capó, tiene una mecánica de ocho cilindros en “V”, con 420 CV que permitía alcanzar los 100 km/h desde parado en sólo 4,8 segundos.

El último capítulo de esta historia se escribió hace unos meses con la versión GTS, distinguible por el color naranja de su pintura, ligeros cambios en la carrocería, los frenos y la suspensión. Además de que pesa menos, cambia el 4.0 V8 de 420 CV por un 4.4 V8 de 450 CV.

De todas las variantes M de las distintas Series a lo largo de la historia de BMW, sin dudas que el M3 es el más cautivante y el más exitoso. Es mejor no morir sin haber conducido uno.

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