Puede sonar a broma, pero al parecer las intenciones serían firmes. De un tiempo a esta parte se viene hablando en el sector sobre la posible modificación del piso de referencia que se toma para empezar a pagar el denominado impuesto al lujo en los autos.
Es que cada fin de año, oficialmente por decreto se establecen los impuestos internos que se aplican en las unidades 0km (nafteros: 10%/ Diesel 15%). Por estas horas nadie sabe cuál será el precio con el que debe facturar la unidad al concesionario pero si esperan modificaciones.
Todo haría pensar que –producto de la inflación- ese piso que hoy se ubica en los $212.000 (a partir de ahí se cobra un plus 10/15% según motorización) se ubicaría un poco más arriba. Pero no. La necesidad oficial llevaría –según publica El Cronista- a bajar ese piso a $157.000 –un valor cercano al que se tomó en 2009 (que había pasado de $140.000 a $150.000).
Esto debe firmarse a fin de esta semana (así lo habría prometido la Presidente) porque de no prorrogarse (con nuevo parámetro tal como viene haciéndose desde fines de los ’90), su caída implicaría que todas las unidades que se comercializan en la Argentina deberían pagar el 10% o el 15% de impuesto y como ya sucedió el año pasado, las terminales no pueden facturar hasta tanto no quede claro este impuesto.
Más de esto, de concretarse la modificación del piso, serán varios los que se sumarán al tributo. Los únicos modelos que quedarían exentos del impuesto son los utilitarios y las pick up que, aunque tienen precios mayores al posible piso, son unidades que están relacionadas con el trabajo.
EN LA ACTUALIDAD
En la actualidad, el tributo interno a los 0KM que pagan las fábricas significa un 10% del valor para los nafteros y un 15% para los diesel para las unidades que superan los $ 212.000 sin IVA y sin el costo de los concesionarios, pero el proyecto que se está barajando en las oficinas oficiales es el de reducir ese piso al valor del modelo más caro fabricado en el país, es decir, el Peugeot 408.
“Las fábricas e importadores están negociando porque son ellos quienes los tienen que pagar pero, obviamente, va a ser trasladable 100% al precio final que va a pagar el consumidor”, explicó un concesionario a El Cronista.
“Aunque hay otros proyectos en discusión, este el que mejor aceptación tiene en el Gobierno”, agregó la misma fuente