“Inicialmente aprobamos una paralización de 24 horas como advertencia y mañana (martes) presentaremos una nueva propuesta. En caso de que no la atienden, la huelga proseguirá por tiempo indeterminado”, dijo el director del Sindicato de los Metalúrgicos de la Gran Curitiba (SMC), Claudio Grann. A la huelga se sumaron los cerca de 9.200 trabajadores de las tres plantas, agregó el gremialista.
Según los sindicalistas, Volkswagen produce 810 vehículos por día y Renault-Nissan otros 680 diarios en Sao José dos Pinhais, municipio en el área metropolitana de Curitiba. En tanto que la sueca se suma con 77 camiones diarios en su sede en la Ciudad Industrial de Curitiba.
En materia de demanda: los sindicalistas reivindican un aumento del 8% para reponer la inflación en el último año y otro del 5% para mejorar los salarios en términos reales, así como un bono de R$1.500 para cada empleado.
El Sindicato Nacional de los Fabricantes de Vehículos Automotores (Sinfavea), que representa a las terminales, propuso reajustar los salarios según el índice oficial de inflación en el último año (aproximadamente 8%) y conceder un aumento real del 0,5%, aunque rechazó el pago del bono. El argumento de rechazo por parte del sindicato se centró en que “los fabricantes brasileños vienen acumulando elevadas ganancias como consecuencia de las ventas récords”.
“Lo justo es que las empresas repasasen esas ganancias a los salarios de sus trabajadores”, indicó Grann. Para ello se remitieron a las estadísticas oficiales: según la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea), en el país vecino se comercializaron en los siete primeros meses aproximadamente 1.700.000 de vehículos, un 30,4% por arriba del mismo período del año pasado.
En 2007, los trabajadores de VW y Renault-Nissan realizaron una huelga de cuatro días y lograron un aumento del 7,44% más un bono por R$1.500.
En 2006, tras otra huelga de una semana lograron un incremento del 5% y un bono de 700 reales.