Allá por diciembre de 1984, puntualmente el 21 de diciembre, se inauguraron las dos primeras Estaciones de Servicios de recarga de GNC en Buenos Aires. Con ello, la actividad se inició con 300 taxis y 100 autos de Gas del Estado. Unos 28 años después, el total de conversiones a GNC supera los dos millones de unidades circulantes y la Argentina –de esta manera- se posiciona como uno de países con más desarrollo en la materia.
En estas casi tres décadas, la industria del GNC local fue acompañando el avance tecnológico automotriz de la inyección de combustible de 5ª generación, aplicando con buenos resultados la inyección GNC de 5ª generación en los modelos más recientes.
El posicionamiento de esta alternativa se debió a que históricamente el precio del GNC. “El precio ha sido el mayor incentivo para las dos millones de conversiones a GNC, porque el ahorro del orden del 60% frente a los otros combustibles, impacta fuertemente en el bolsillo de las familias”, señalaron desde la Cámara de GNC.
El ahorro del orden de más de $12.000 millones anuales en el 2012 por el consumo de unos 3.100 millones de litros de nafta equivalente de este combustible limpio, “se vuelca al consumo con un efecto multiplicador macroeconómico notable en reemplazo de nafta súper y Premium”, agregaron.
Así a casi tres décadas de ese puntapié, el gas natural comprimido (GNC) se posicionó en la elección de los consumidores. Y de acuerdo a la Cámara de GNC, “es el combustible Premium argentino con índice de octano 130, muy superior a todas las naftas conocidas” y ello según destacaron desde la entidad, “beneficia a la calidad del aire que todos respiramos por ausencia total de componentes orgánicos volátiles y tóxicos ambientales en el escape vehicular”.