En Europa, Ford cuenta con un robot llamado Robutt y que tiene la misión de mejorar los asientos de sus modelos. Lo hace representando cómo ingresan y salen de sus asientos tanto los conductores como los pasajeros.
Mediante un “patrón de asiento”, los ingenieros de la marca evalúan opciones de presión, pruebas de desgaste y rotura de los materiales teniendo en cuenta los movimientos de las personas al subir y bajar del auto.
El robot, que representa las dimensiones de un hombre de tamaño medio, se encarga de probar 25 mil veces el ejercicio de sentarse y levantarse del asiento, lo que representa diez años de utilización en un período de apenas tres semanas.
Según contó Svenja Froelich, Ingeniera de Durabilidad en la sede europea de Ford en Colonia (Alemania), el Robutt es capaz de replicar “de manera muy precisa” el comportamiento real de las personas al subir y bajar del vehículo.
Antes de la creación del robot, la marca con sede central en Michigan (Estados Unidos) llevaba a cabo las pruebas en los asientos con unos cilindros neumáticos que se movían hacia arriba y hacia abajo.
De esta forma, la marca del Óvalo creó un nuevo sistema que le permite conocer con mayor exactitud el uso y el desgaste de sus asientos, lo que luego se refleja en la construcción de sus autos.