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LOS VALLES CALCHAQUIES

DE LAS RUINAS A LA CUNA DEL TORRONTES

Los valles calchaquíes constituyen uno de esos escenarios naturales de la Argentina que todos deberíamos ver, por lo menos alguna vez en la vida. Un valle que se extiende de norte a sur y que atraviesa las provincias de salta y Tucumán.

Una buena opción para recorrerlos, partiendo desde cualquier punto del país que no sea Salta o Jujuy, es ingresar a este portal a través de Tucumán para luego subir por la mítica ruta 40. Desde la capital de la provincia, tomando por la ruta provincial 307 la puerta de entrada es Tafí del Valle. El acceso hasta Tafí ya es todo un regocigo en sí mismo. El asfalto zigzagueante que sube la cuesta de los Sosa y atraviesa un frondozo bosque es una delicia para todos aquellos que disfrutan de manejar un auto. Sin dudas, una de las rutas de la Argentina que constituyen un atractivo en sí mismo.

Tafí del Valle es una parada obligada para el viaje. Lugar donde además de cargar combustible, se puede disfrutar un buen almuerzo, picada previa con los famosos quesos regionales y un plato fuerte después, que puede ser locro, empanadas, la chanfaina (preparado con sangre y menudencias de cordero), el estofado con pelones, el asado de cordero y una gran variedad de postres y dulces como los gaznates, las empanadillas de dulce de cayote o los dulces caseros.

Desde allí y en todo el camino hacia los Valles Calchaquíes, encontrarse con poblaciones indígenes es una constante. Los Quilmes, los tafís, Tilcaras y Purmamarcas son aborígenes que lograron sobrevivir a la dominación española y aún hoy se puede presenciar sus tradiciones como la fiesta de la Pachamama.

En el Mollar está el parque de los Menhires, un viaje a la cultura tafí. Antes de cruzar el dique para llegar a Tafí del Valle, el Mollar merece una pequeña recorrida. Pero, la principal atracción es la reserva arqueológica “Los Menhires”, herencia de la cultura Tafí que muestra la creatividad de los antiguos habitantes del valle.

Es hora de salir a la ruta y el próximo hito es Amicha del Valle, pero para eso hay que pasar el abra del Infiernillo, el punto más alto de este recorrido Calchaquí tucumano, a 3042 metros sobre el nivel del mar. Luego el camino empieza a descender y se vuelve más árido y agreste mientras que empiezan a aparecer los primeros cardones que luego se van multiplicando hasta ocupar todo el paisaje. A mitad de camino está el observatorio astronómico que se alza en Ampimpa. Aquí hay senderos temáticos y cabañas para alojarse.

En Amaicha sobrevive una de las comunidades indígenas más importantes del norte del país. De ahí la importante oferta artesanal que se encuentra: cerámicas, telares, vinos pateros, alfajores, turrones y quesillos. Quienes estén por aquí en el mes de febrero no se pueden perder la fiesta de la Pachamama. Se dice que esta celebración se caracteriza por ser la más auténtica de la región.

Las Ruinas de los Quilmes
Llegamos a la ruta 40, donde el primer punto de interés lo conforman las Ruinas de los Quilmes, uno de los asentamientos prehispánicos más importantes de la Argentina. El poblado Calchaquí fue habitado desde el 800 d.C., y constituyó un verdadero bastión defensivo ante el avance español. Los Quilmes lucharon durante 130 años hasta ser doblegados en el año 1666.
Sus ruinas fueron reconstruidas para el turismo en 1977 y luego de idas y venidas fueron restituidas a los descendientes indígenas. Ellos son quienes actualmente las regentean y ofrecen visitas guiadas a muy bajo precio (10 pesos aproximadamente).

Siguiendo camino hacia el norte, los valles están custodiados por pequeños poblados y caseríos que sobresalen por su sencillez y su antigüedad, como e Bañado y, más al norte, Colalao del Valle, donde en el mes de julio se realiza la tradicional “fiesta del ponchi”, bebida elaborada a base a leche y aguardiente con azúcar, canela y huevo batido. Desde allí, apenas hay que hacer 35 kilómetros más para llegar hasta Cafayate, la cuna del torrontés argentino.


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COMO LLEGAR
Desde Buenos Aires es necesario hacer 1.280 kilómetros para llegar hasta Tafí del Valle. En principio, lo más recomendable es hacerlo en una doble jornada, pasando por la ciudad de Córdoba. Hasta allí, la mayor parte del trayecto es autopista, por lo que los costos del viaje se encarecen un poquito ($20,50), pero se gana en seguridad y fluidez.
Partiendo desde la Capital, hay que tomar el acceso Norte ramal Escobar y continuar por la RN 9 hasta Rosario; en el kilómetro 293 hay que desviarse a la AU-12 para continuar por la RN desde Roldán, donde el camino vuelve a ser autopista hasta la ciudad de Córdoba.
Desde la capital mediterránea hay que seguir por la RN9, desde donde hay un solo carril por sentido. Después de Jesús María hay que tomar la RN60, pasando por Dean Funes. Seguir camino y después de Recreo continar por la RN157 hasta el empalme con la RN 38 después de pasar por Simoca.
Cinco kilómetros después de Monteros sale, hacia la izquierda, la RP 307 que va hasta Tafí del Valle.

PEAJES
Au. Illia: $2,25
Au. del Sol: $5 o $6,70 (según horario)
Zárate: $2,20
Lagos: $2,10
Carcarañá: $1,80
Pilar: $2
Córdoba: 3,50
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